iPad Pro: ¿el futuro de la PC? [#reflexión]



Finalmente salió a la venta el iPad Pro, y para aderezar la cuestión, Tim Cook concedió una entrevista a BusinessInsider en donde con palabras ¿proféticas? anunciaba:

“Creo que si estás buscando una PC, ¿por qué querrías comprar de nuevo una PC? No, en serio, ¿por qué comprarías una? Sí, el iPad Pro es un reemplazo para una notebook o una desktop para mucha gente. La empezarán a usar y concluirán que ya no necesitan otra cosa, salvo sus teléfonos.”

Si nos remontamos en el tiempo Steve Jobs ya “soñaba” con algo así ya que en una conferencia llegó a comparar -en ese momento el iPad Original- con las camionetas recordando que cuando la gente comenzó a emigrar a las ciudades, las Pick Up -dijo- siguieron y siguen existiendo, pero solo para trabajos específicos, para todo lo demás, la gente se decantó por los autos compactos.

Tiene lógica. Y tal vez, certeza.

El tiempo lo dirá.

Y es que a pesar de tener un sistema operativo móvil y enteramente pensado para las manos [touch] la gente en el dos mil quince está más que impuesta a tocar, a seleccionar con el dedo, a navegar por aplicaciones que a mover un cursor -y pensar qué eso fue la gran revolución en el Xerox Park-; cada vez se oye menos la palabra “software” y, por su parte, App y el negocio tras estas son el pan de cada día.

Desde la llegada del iPhone, en 2007, y luego el iPad en 2010 y más tarde -o temprano- la proliferación de los Androides [2008], el panorama de interacción con la tecnología cambió radicalmente; los analfabetas digitales fueron accediendo al mundo 2.0 pero no como los de la vieja escuela estamos impuestos.

Explico.

Si le das una tablet o smartphone a alguien, en la calle, es casi seguro o que sepa utilizarlo o que requiera de una mínima introducción para hacerlo; por el contrario, si les prestan un PC, la cuestión cambia radicalmente: ahora, pese a que estamos casi todo el tiempo conectados, cada vez más gente no sabe usar una computadora pero sí un smartphone.

El iPad Pro acierta en algo, le da a la gente una tableta grande y en un ambiente -sistema- con el que está familiarizado, además de ser un gadget “medianamente cómodo” ¿? para convertir o en un centro productivo [con Word, por ejemplo] o de ocio [entrar a Netflix].

Acierta también en algo medular: las Apps.

El sistema tan cerrado de iOS hace que sea extraño -por no decir casi imposible- tener “apps piratas”, y son solo los usuarios con ciertos conocimientos informáticos los que, por medio de jailbreak, logran acceder a un mundo no amurallado; el resto de los mortales, si quiere una app baja una versión demo, o con publicidad -fremium- o de plano, pasa por la caja.

En Mac no pasa eso, y ni qué decir de Windows. Es relativamente sencillo conseguir software no legal para el sistema de Bill Gates, y en OSX aunque implica unas maniobras más, el que usa Mac diariamente, puede sin mucho rollo, instalar DMG´s craneanos y/o no descargados de la AppStore.

¿Aquí quién gana?: evidentemente desarrolladores y, desde luego, Apple.

Muchos cuestionan el presumible hipotético éxito del iPad Pro, se siguen oyendo ecos de las burlas a Jobs en dos mil diez cuando presentaba su iPhone gigante, pero y aunque con los años Steve demostró que no estaba equivocado con el formato tablet, sí hemos visto el declive de la popularización de la categoría.

Ahora las tablets no venden y el único fabricante de PC´s que no va tan mal, curiosamente, es Apple.

Pero pensemos algo, por un momento.

Que tal si en unos años -o meses- con una predecible invasión de Andoirds Pro [en donde eso de la piratería pasaría a otro plano] el formato tablet de 13” pasa a ser un estándar y donde nos quedemos, con, por un suponer:

- Móviles de 6”
- Tabletas “portátiles” de 7” u 8” [las ahora “minis”]
- Tabletas de 11”, 13” o incluso 15” [las Pro]
- PC´s / Laps de 11”, 13”, 15”, 17” [para empresas o usuarios específicos]

Así pues, una familia promedio con hijos en edad escolar podría en lugar de desembolsar unos 15 mil pesos [896 USD, por decir un ejemplo] en un ordenador, optar por compran tabletas “Pro” -digamos, con Android, y por ende más económicas- en donde perfectamente se podrá cumplir lo que un usuario medio hace en una computadora: procesar textos, hacer diapositivas, navegar en Internet con el plus de ser “portátil” [siempre encendida, “ligera”] y totalmente personal/individual.

¿El nacimiento de una nueva era?

Ya no es raro ver a ejecutivos o estudiantes editar sus trabajos desde un móvil de 6”; si esa practicidad la dejamos en un gadget que en teoría estará en casa [las tablet, al menos no las mini, por lo regular no son “de la calle”] esta podría perfectamente sustituir a las PC que ahora tenemos -algunos- en casa.

No es tan descabellado. Es más cómodo para el usuario de a pie seguir usando un sistema operativo que usa todo el día -con su móvil- que cambiar de iOs a Windows, o de Android a OSX.

¿Y Microsoft? ¿Y Continiuum? ¿Y la Surface?

Con la híbrido tengo mis reservas.

Seguir apostando, en pleno dos mil quince, por un sistema operativo del siglo pasado no es innovar. Sí aportaron ciertas ideas a la nueva era de la computación [una tablet con teclado integrado en su funda, un stylus fino, la idea de un dispositivo dos en uno] pero sigue dependiendo del Windows de siempre, del de ordenador; todavía con Windows 8 intentaron algo -hacerlo más de tablet- pero el no cortar de tajo, separar, fue un error.

La opción de convertir nuestro móvil en una PC no es una idea desagradable pero realmente si buscas “movilidad” quién va a andar cargando los adaptadores necesarios además de depende de una pantalla/monitor.

Es decir, no es: saco mi Nokia y por arte de magia accedo a Edge versión escritorio, no. Necesito los artilugios que conecto del móvil a un monitor… y claro, un monitor.

¿Práctico? Para nada. Ingenioso, desde luego… si eso se puede lograr en un aparto pequeño, imaginemos si la potencia de estos se emplea en una pantalla grande, touch y enteramente con Windows 10 Mobile [aunque insisto, ¿por qué no dejar definitivamente el nombre Windows al Escritorio y pensar en un Crystal para el OS móvil?]

En conclusión.

Pensar que el iPad Pro va a acabar con la PC es descabellado.

Seguirá existiendo el ordenador de toda la vida, pero para gamers, diseñadores, programadores, contadores, vintage people y demás gente con funciones específicas que necesiten la robustez de un sistema operativo con un cursor.

Creer que el iPad Pro va implicar, en unos meses, la revolución del iPad es erróneo. Puede funcionar, pero como su anexo lo dice, es Pro, no para todos aunque no dudo que los elementos “distintivos” pasen en unos años a formar parte de la familia iPad [teclado, pencil] logrando con esto, ahora sí, impulsar a la tablet como el nuevo ordenador del siglo veintiuno.

Quizá se queden el iPad Mini y el iPad Pro -deliro-, el mini como el libro/libreta de bolsillo y el Pro para la casa, análogo de lo que ahora es el iPad Air, eso sí, mucho depende de que Apple baje un poco su inflado precio y entienda que Air/Pro pueden ser sinónimos.

Ahora bien, como suele pasar tras un “One more thing” de Apple, aunque bueno, esa frase hace muuucho que dejó de ser empleada para la empresa de la manzana.

La popularización de la “nueva PC” va a venir en la medida que Android -como rival principal- irrumpa en el mercado.Pasó con los móviles, pasó con las tablets. De ser los “segundones” ahora, como sistema operativo, ocupa el trono en el ranking mundial.

Si Samsung, Sony, LG, etc. se atreven a probar esta categoría puede que muy pronto veamos cómo la gente adopta la idea [¿se acuerdan de la loca idea del Galaxy Note?] y, ahora sí, segmentan al ordenador a sus orígenes: los “frikis”. El éxito de una nueva categoría viene curiosamente en la medida en que otros imiten y compitan con el primero en sacar una novedad en el mercado.

El sueño de Bill Gates en los inicios de Microsoft fue poner un ordenador en cada casa del planeta; la nueva era de la informática busca dotar a cada habitante de una tableta.



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